Jaime Lerner: la historia de Curitiba.
Jaime Lerner nació en una familia de inmigrantes polacos. Se graduó en 1964, de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Federal de Paraná. Al año siguiente, contribuyó a la creación del Instituto de Investigación y Planeación Urbana de Curitiba (IPPUC - Instituto de pesquisa e planejamento urbano de Curitiba), del cual fue presidente en 1968 y 1969; y participó en el desarrollo del plan maestro para la ciudad.
Fue electo alcalde de Curitiba en tres ocasiones (1971-`1975, 1979-1983, y 1989-1992) y gobernador del Estado de Paraná en dos(1995-1998, y 1999-2002).
Durante las últimas tres décadas, y en parte gracias a la administración de Lerner, ha habido en Curitiba un impacto urbano de dimensiones tales que la ciudad se ha colocado en el primer plano de referencia en cuanto a planeación urbana, transportes, cuidado del medio ambiente, y programas sociales.
Curitiba no es una pequeña comunidad alternativa. Es una ciudad de casi 2 millones y medio de habitantes que se encuentra en el sur del Brasil. Tampoco de una historia nueva: Funciona desde hace más de 30 años. En 1971, en plena dictadura fascista, una serie de casualidades llevaron a la designación de Jaime Lerner como a alcalde de la ciudad. Lo eligieron porque se le creía un inofensivo experto de arquitectura. Un treinta y tres añero que no se alió políticamente con nadie y que parecía el ideal para poner de acuerdo a diferentes grupos políticos.
En 1972 decidió crear la primera isla peatonal del mundo. Con buena parte de la ciudad en contra, con comerciantes aterrorizados por la idea que sus negocios fueran perjudicados por la prohibición de acceso al centro en coche, con automovilistas que odiaban la idea de tener que ir caminando al centro y con un posible requerimiento judicial que pararía la iniciativa, Lerner mando iniciar los trabajos de peatonización del centro un viernes, una hora después del cierre del tribunal. Una horda de obreros invadió el centro de la ciudad y empezaron a arreglar farolas y macetas, re-pavimentaron las calles y cavaron bancales plantando arboles. Trabajaron ininterrumpidamente durante 48 horas. Cuando el primer contingente cayó exhausto fue reemplazado por un segundo batallón de obreros y así sucesivamente. El lunes por la mañana cuando el tribunal judicial reabrió los trabajos estaban acabados.
Los ciudadanos de Curitiba se quedaron con la boca abierta. Miles de plantas florales fueron plantadas. Algo nunca antes visto. Aunque a población empezó a arrancar flores para llevárselas a casa, Lerner lo tenía previsto y tenía listos equipos de jardineros que reemplazaron enseguida las plantas. Duró unos días pero al final los ciudadanos pararon de robar las flores.
Los comerciantes se asombraron porque se dieron cuento que el nuevo centro ciudadano transformado en un gran peatonal incrementó considerablemente las ventas.
El sábado siguiente cuando un grupo de coches del club del automóvil intentó invadir la isla peatonal se encontraron con la imposibilidad de hacerlo ya que miles de niños convocados por Lerner estaban pintando grandes tiras de papel que cubrieron prácticamente toda la pavimentación. Desde entonces todos los sábados los niños de la ciudad se encuentran en la isla peatonal a cubrir de dibujos enormes rollos de papel extendido por tierra.
La segunda aportación de Lerner fue la de crear un sistema de transportes revolucionarios con calles principales exclusivas para los autobuses y terminales especiales techadas (de tubos transparentes) que pusieron la banqueta a la misma altura que los transportes públicos, permitiendo a los pasajeros subir al autobús sin subir peldaños y por lo tanto más rápidamente. Estas terminales dieron acceso a los transportes públicos a los usuarios de carriolas, minusvalidos, etc. Se otorgó particular atención a los enlaces con los barrios mas pobres de la ciudad, Se adquirieron autobuses compuestos de 3 vagones, con puertas más grandes que se abren en correspondencia con las puertas corredizas de las terminales. Para reducir costos y tiempo se omitieron los taquilleros y se decidió confiar en el hecho de que si los transportes funcionan realmente bien el ciudadano pagará el billete de buena gana. Gracias a estas innovaciones los tiempos de recorrido de los autobuses de Curitiba son 3 veces más rápidos y transportan en una hora 3 veces más pasajeros. Prácticamente crearon un sistema de metro a cielo abierto. Este modelo ha sido copiado y mejorado por muchas ciudades, entre ellas Bogota (transmilenio), Santiago (transantiago)y la Ciudad de México (Metrobus).
Los sistemas de transporte de Curitiba transportan a 20 mil pasajeros por hora (más de los que viajan sobre el transporte públicos de Nueva York).
Los autobuses recorren cada día una distancia igual a 9 veces la vuelta del mundo. Río de Janeiro tiene un metro que transporta una cuarta parte de los pasajeros y cuesta 200 veces más.
Las líneas de transporte se auto financian solo con el costo de los billetes y amortizan el costo promedio de un parque vehicular de 45 millones de dólares, y recompensan el capital invertido con una tasa del 12% anual. La autorización concedida a los concesionarios del servicio es revocable al instante.
Los bancos, reacios a colaborar con otras administraciones locales están mas que dispuestos a prestar dinero al ayuntamiento de Curitiba. Los transportes son tan eficientes que en el 1991 un cuarto de los automovilistas de la ciudad renunció a poseer un coche y el 28% de los pasajeros incluso teniendo coche prefirió no usarlo, y esto a pesar de que el tráfico es muy fluido y los embotellamientos desconocidos.
A este rechazo masivo del coche también contribuyen 160 kilómetros de carriles de bicicleta que ahora tiene la ciudad. Iniciar el cambio de la ciudad por los transportes fue fundamental porque según Lerner "nada influye más rápidamente la conciencia ciudadana que la eficiencia de los medios públicos".
Pero la reforma no se ha parado en los transportes. El problema de la miseria ha sido afrontado encontrando sistemas simples capaces de ofrecer a largo plazo efectos positivos inmediatos y un cambio radical de la cultura. Es la fantasía de las soluciones lo que asombra más. Parecen locas pero contienen una eficiencia enorme. Hay servicios de distribución cotidiana de comidas gratuitas. 14 mil casas populares han sido construidas. Pero se ha procedido también a la distribución de pequeños trozos de tierra para huertos y para construir casas. Los materiales de construcción se adquieren con una financiación municipal a largo plazo recompensada con plazos mensuales equivalentes al costo de 2 paquetes de cigarrillos. Cada casa nueva recibe luego en regalo del ayuntamiento un árbol frutal y uno ornamental. El ayuntamiento también ofrece una hora de consultoría con un arquitecto que ayuda las familias a construirse casas más confortables y armoniosas. Los barrios pobres de Curitiba son los más bellos del mundo.
Existe un servicio de furgones que dan una vuelta por la ciudad intercambiando 2 Kilos de basura dividida por un bono de compra que permite adquirir un kilo de comida o bien cuadernos, libros o billetes por los autobuses. Así el 96% de la basura de la ciudad se recoge y se recicla. Lo que les ha permitido ahorrar millones de dólares para la construcción y administración de un vertedero municipal. Por la limpieza de la ciudad y la mejor alimentación de la población pobre Curitiba ha logrado una mejoría neta de la salud.
La tasa de mortalidad infantil es de una tercera parte con respecto a la media brasileña. Hay 36 hospitales con 4500 camas, medicinas gratuitas y asistencia médica distribuida por todo el territorio. Hay 24 líneas telefónicas a disposición de los ciudadanos para informaciones de todo tipo. Una de estas líneas provee a los ciudadanos los precios comunes de 222 productos base. De este modo se les garantiza a los consumidores no ser víctimas de comerciantes deshonestos.
También hay 30 bibliotecas de barrio con 7 mil volúmenes cada una. Se llaman "Faros del saber" y son casitas prefabricadas y dotadas con tubo de tiras blancas y rojas de 15 metros de altura. Sobre la cumbre de la torre hay una burbuja de vidrio desde la que un policía controla que niños y ancianos puedan ir a biblioteca tranquilamente. Hay 20 teatros, 74 museos y centros culturales y todas las escuelas de la ciudad, 120 en total ofrecen cursos nocturnos.
Se organizan cursos de formación profesional para 10 mil personas al año. El "Teléfono de la solidaridad" sirve para recoger electrodomésticos y muebles usados que son arreglados por técnicos aprendices y se revenden a precios bajos en los mercados o se regalan.
Gracias al microcrédito una vez aprendida una profesión los jóvenes pueden establecerse. También se ayuda a los que quieren ser comerciantes ambulantes con la concesión de autorizaciones al comercio facilitado.
Y es que es precisamente la lógica con la que enfrentan los problemas lo que es diferente. Por ejemplo las acciones de un grupo de jóvenes pandilleros que arrancaron flores del huerto botánico fueron interpretados por la municipalidad como una solicitud de ayuda y los chicos fueron contratados como adjuntos jardineros.
Otra iniciativa de Lerner ha sido crear decenas de parques dotados de pequeños lagos y de plantar árboles por todas partes.
Curitiba es la ciudad más verde del mundo. En fin, un paraíso con el 96% de alfabetización donde los habitantes que tienen un título de estudio superior supera el 83%. La ciudad tiene un tercio menos de pobres que el resto de Brasil y la vida promedio llega a los 72 años, parecida a la de los EE.UU. pero con una renta per capita que llega solo al 27% de la de los Estados Unidos.
Nada mal para una ciudad del tercer mundo.
Fue electo alcalde de Curitiba en tres ocasiones (1971-`1975, 1979-1983, y 1989-1992) y gobernador del Estado de Paraná en dos(1995-1998, y 1999-2002).
Durante las últimas tres décadas, y en parte gracias a la administración de Lerner, ha habido en Curitiba un impacto urbano de dimensiones tales que la ciudad se ha colocado en el primer plano de referencia en cuanto a planeación urbana, transportes, cuidado del medio ambiente, y programas sociales.
Curitiba no es una pequeña comunidad alternativa. Es una ciudad de casi 2 millones y medio de habitantes que se encuentra en el sur del Brasil. Tampoco de una historia nueva: Funciona desde hace más de 30 años. En 1971, en plena dictadura fascista, una serie de casualidades llevaron a la designación de Jaime Lerner como a alcalde de la ciudad. Lo eligieron porque se le creía un inofensivo experto de arquitectura. Un treinta y tres añero que no se alió políticamente con nadie y que parecía el ideal para poner de acuerdo a diferentes grupos políticos.
En 1972 decidió crear la primera isla peatonal del mundo. Con buena parte de la ciudad en contra, con comerciantes aterrorizados por la idea que sus negocios fueran perjudicados por la prohibición de acceso al centro en coche, con automovilistas que odiaban la idea de tener que ir caminando al centro y con un posible requerimiento judicial que pararía la iniciativa, Lerner mando iniciar los trabajos de peatonización del centro un viernes, una hora después del cierre del tribunal. Una horda de obreros invadió el centro de la ciudad y empezaron a arreglar farolas y macetas, re-pavimentaron las calles y cavaron bancales plantando arboles. Trabajaron ininterrumpidamente durante 48 horas. Cuando el primer contingente cayó exhausto fue reemplazado por un segundo batallón de obreros y así sucesivamente. El lunes por la mañana cuando el tribunal judicial reabrió los trabajos estaban acabados.
Los ciudadanos de Curitiba se quedaron con la boca abierta. Miles de plantas florales fueron plantadas. Algo nunca antes visto. Aunque a población empezó a arrancar flores para llevárselas a casa, Lerner lo tenía previsto y tenía listos equipos de jardineros que reemplazaron enseguida las plantas. Duró unos días pero al final los ciudadanos pararon de robar las flores.
Los comerciantes se asombraron porque se dieron cuento que el nuevo centro ciudadano transformado en un gran peatonal incrementó considerablemente las ventas.
El sábado siguiente cuando un grupo de coches del club del automóvil intentó invadir la isla peatonal se encontraron con la imposibilidad de hacerlo ya que miles de niños convocados por Lerner estaban pintando grandes tiras de papel que cubrieron prácticamente toda la pavimentación. Desde entonces todos los sábados los niños de la ciudad se encuentran en la isla peatonal a cubrir de dibujos enormes rollos de papel extendido por tierra.
La segunda aportación de Lerner fue la de crear un sistema de transportes revolucionarios con calles principales exclusivas para los autobuses y terminales especiales techadas (de tubos transparentes) que pusieron la banqueta a la misma altura que los transportes públicos, permitiendo a los pasajeros subir al autobús sin subir peldaños y por lo tanto más rápidamente. Estas terminales dieron acceso a los transportes públicos a los usuarios de carriolas, minusvalidos, etc. Se otorgó particular atención a los enlaces con los barrios mas pobres de la ciudad, Se adquirieron autobuses compuestos de 3 vagones, con puertas más grandes que se abren en correspondencia con las puertas corredizas de las terminales. Para reducir costos y tiempo se omitieron los taquilleros y se decidió confiar en el hecho de que si los transportes funcionan realmente bien el ciudadano pagará el billete de buena gana. Gracias a estas innovaciones los tiempos de recorrido de los autobuses de Curitiba son 3 veces más rápidos y transportan en una hora 3 veces más pasajeros. Prácticamente crearon un sistema de metro a cielo abierto. Este modelo ha sido copiado y mejorado por muchas ciudades, entre ellas Bogota (transmilenio), Santiago (transantiago)y la Ciudad de México (Metrobus).
Los sistemas de transporte de Curitiba transportan a 20 mil pasajeros por hora (más de los que viajan sobre el transporte públicos de Nueva York).
Los autobuses recorren cada día una distancia igual a 9 veces la vuelta del mundo. Río de Janeiro tiene un metro que transporta una cuarta parte de los pasajeros y cuesta 200 veces más.
Las líneas de transporte se auto financian solo con el costo de los billetes y amortizan el costo promedio de un parque vehicular de 45 millones de dólares, y recompensan el capital invertido con una tasa del 12% anual. La autorización concedida a los concesionarios del servicio es revocable al instante.
Los bancos, reacios a colaborar con otras administraciones locales están mas que dispuestos a prestar dinero al ayuntamiento de Curitiba. Los transportes son tan eficientes que en el 1991 un cuarto de los automovilistas de la ciudad renunció a poseer un coche y el 28% de los pasajeros incluso teniendo coche prefirió no usarlo, y esto a pesar de que el tráfico es muy fluido y los embotellamientos desconocidos.
A este rechazo masivo del coche también contribuyen 160 kilómetros de carriles de bicicleta que ahora tiene la ciudad. Iniciar el cambio de la ciudad por los transportes fue fundamental porque según Lerner "nada influye más rápidamente la conciencia ciudadana que la eficiencia de los medios públicos".
Pero la reforma no se ha parado en los transportes. El problema de la miseria ha sido afrontado encontrando sistemas simples capaces de ofrecer a largo plazo efectos positivos inmediatos y un cambio radical de la cultura. Es la fantasía de las soluciones lo que asombra más. Parecen locas pero contienen una eficiencia enorme. Hay servicios de distribución cotidiana de comidas gratuitas. 14 mil casas populares han sido construidas. Pero se ha procedido también a la distribución de pequeños trozos de tierra para huertos y para construir casas. Los materiales de construcción se adquieren con una financiación municipal a largo plazo recompensada con plazos mensuales equivalentes al costo de 2 paquetes de cigarrillos. Cada casa nueva recibe luego en regalo del ayuntamiento un árbol frutal y uno ornamental. El ayuntamiento también ofrece una hora de consultoría con un arquitecto que ayuda las familias a construirse casas más confortables y armoniosas. Los barrios pobres de Curitiba son los más bellos del mundo.
Existe un servicio de furgones que dan una vuelta por la ciudad intercambiando 2 Kilos de basura dividida por un bono de compra que permite adquirir un kilo de comida o bien cuadernos, libros o billetes por los autobuses. Así el 96% de la basura de la ciudad se recoge y se recicla. Lo que les ha permitido ahorrar millones de dólares para la construcción y administración de un vertedero municipal. Por la limpieza de la ciudad y la mejor alimentación de la población pobre Curitiba ha logrado una mejoría neta de la salud.
La tasa de mortalidad infantil es de una tercera parte con respecto a la media brasileña. Hay 36 hospitales con 4500 camas, medicinas gratuitas y asistencia médica distribuida por todo el territorio. Hay 24 líneas telefónicas a disposición de los ciudadanos para informaciones de todo tipo. Una de estas líneas provee a los ciudadanos los precios comunes de 222 productos base. De este modo se les garantiza a los consumidores no ser víctimas de comerciantes deshonestos.
También hay 30 bibliotecas de barrio con 7 mil volúmenes cada una. Se llaman "Faros del saber" y son casitas prefabricadas y dotadas con tubo de tiras blancas y rojas de 15 metros de altura. Sobre la cumbre de la torre hay una burbuja de vidrio desde la que un policía controla que niños y ancianos puedan ir a biblioteca tranquilamente. Hay 20 teatros, 74 museos y centros culturales y todas las escuelas de la ciudad, 120 en total ofrecen cursos nocturnos.
Se organizan cursos de formación profesional para 10 mil personas al año. El "Teléfono de la solidaridad" sirve para recoger electrodomésticos y muebles usados que son arreglados por técnicos aprendices y se revenden a precios bajos en los mercados o se regalan.
Gracias al microcrédito una vez aprendida una profesión los jóvenes pueden establecerse. También se ayuda a los que quieren ser comerciantes ambulantes con la concesión de autorizaciones al comercio facilitado.
Y es que es precisamente la lógica con la que enfrentan los problemas lo que es diferente. Por ejemplo las acciones de un grupo de jóvenes pandilleros que arrancaron flores del huerto botánico fueron interpretados por la municipalidad como una solicitud de ayuda y los chicos fueron contratados como adjuntos jardineros.
Otra iniciativa de Lerner ha sido crear decenas de parques dotados de pequeños lagos y de plantar árboles por todas partes.
Curitiba es la ciudad más verde del mundo. En fin, un paraíso con el 96% de alfabetización donde los habitantes que tienen un título de estudio superior supera el 83%. La ciudad tiene un tercio menos de pobres que el resto de Brasil y la vida promedio llega a los 72 años, parecida a la de los EE.UU. pero con una renta per capita que llega solo al 27% de la de los Estados Unidos.
Nada mal para una ciudad del tercer mundo.
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